Casi medio millón de inmigrantes han cruzado la selva del Darién en lo que va de año. Las
autoridades panameñas reportan un flujo diario de aproximadamente 2.000 migrantes, cifras inéditas que reflejan la creciente crisis migratoria que parte de América Latina hacia Estados Unidos, reportando récords por tercer año consecutivo.
El éxodo masivo está colocando a decenas de ciudades en estado de emergencia, arruinando la planificación de presupuestos locales, agotando la capacidad de las escuelas y dejando cifras alarmantes de personas sin hogar.
A diferencia de años anteriores, la última ola migratoria ha reportado carencia de conexiones familiares o comunitarias, lo que hace superiores las barreras para insertarse apropiadamente en las comunidades receptoras.
Las causas de los problemas globales a menudo están arraigadas en dinámicas locales. Pero en el caso de Estados Unidos, la incapacidad de responder a las barreras que enfrentan los inmigrantes no es un tema de voluntad.
A pesar del esfuerzo continuo y las políticas públicas que provee el estado, la magnitud del flujo de inmigrantes ha dado lugar al desempleo e incluso a estados de indigencia en nuestra comunidad.
Una situación que difícilmente podremos superar ante las limitadas opciones políticas y las barreras para acceder a una autorización de empleo.
En @TheRefugeesorg trabajamos para promover proyectos que promuevan el bienestar de los inmigrantes desde el conocimiento, el acceso al trabajo y la autosuficiencia. Creemos en un mundo donde nuestra comunidad sea parte de la solución y no del problema.
Juntos tenemos la responsabilidad social de promover desde la empatía, soluciones prácticas que den respuesta a la situación que estamos viviendo, bajo la premisa de que nadie quiere dejar su país, ser inmigrante no es más que el doloroso precio de buscar una oportunidad.
